Con un excelente show, el proyecto liderado por Matías Méndez desembarcó en Palermo, el sábado pasado, para presentar oficialmente el EP «Casanova Style».
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Hace seis años el periodista Daniel Jiménez (actualmente uno de los referentes de Vorterix) hacía una definición muy precisa acerca del (voraz) apetito innovador de Matías Méndez: “El Chávez vive tres años adelantado. Mientras muchos de sus colegas le exprimen hasta la última gota a sus nuevas composiciones, él está pensando en cómo será el arreglo de la canción que aún no escribió”. En esa nota fechada en junio de 2006, cuando aún era cantante de Nuca, Méndez adelantaba que desde hacía ¡dos años! estaba trabajando en un disco de cumbia electrónica mezclando estilos y sonidos como nunca nadie lo había hecho hasta ese momento.
Convencido de que en la cumbia había un espacio libre en el que aún no se había experimentado, Matías emprendió este nuevo proyecto que por su nombre suena a solista, pero que ha evolucionado a nivel de banda de manera tal que cada día se encuentra más afianzada internamente y consolidada en el ambiente musical. A partir de un mestizaje con el dub, el reggae, el hip-hop y la electrónica, El Chávez propone un groove único y construye paisajes que te transportan desde Morón (o Isidro Casanova) hasta el litoral, y desde allí hasta donde este ritmo enérgico y optimista te permita imaginar.
Luego de un breve pero contundente set de Doña María que ofició como apertura a una gran noche, llegaría el turno del show principal con El Chávez, quien saludó con un escueto: “Buenas noches”, y propuso: “¡A bailarla!”. Inmediatamente la banda ratificó dichas palabras desde los primeros acordes con la inoxidable gema que daba título al segundo disco de Nuca: “Maquina de la Pampa”, al que se sumaron “Non Stop” y “Bajando la corriente”, el más reciente corte de «Casanova Style», que el público recibió cantando con algarabía y bailando desenfrenadamente.
El repertorio del sexteto fue muy variado. Incluyó temas del primer disco «Morón City Groove» (las incursiones por el reggae con “Rosa Maria” y “Amanecer”, y una versión thrashera de “La mar en coche”), algunos clásicos - al menos para la gente del Oeste - de Nuca reversionados (“Celso”, “Salire” y “Situación”), dos covers (“Queen of bongo” y “Hey baby”) y un tema inédito (“Tierra adentro”, que habitualmente forma parte de los shows). Dentro de los invitados estuvieron Mateo Serrano de Tamarisco, en bajo, y Fer Radl de Doña Maria, en coros, para interpretar la cumbia digital “San Genaro”, y Mateo Crespo, de Sendero, aportó su guitarra a un reggae, que les permitió a Matías Méndez y Eugenia Isaurralde darle un descanso a su voz y cambiar de vestuario.
Al regresar a escena, el líder del grupo lucía una camiseta de la selección de fútbol de Paraguay. “Me puse la casaca de Paraguay porque apoyo a la causa”, manifestó Méndez su oposición al golpe de estado que destituyó al presidente Fernando Lugo. Mientras que Eugenia se encargo de los agradecimientos: “Gracias a todos por venir y a todos los que trabajaron para esta noche”, demostrando que ciertas responsabilidades ahora están compartidas. En la recta final, el grupo exhibió su veta más bailable con una sucesión de temas insuperable, entre ellos: “Desterrado”, “El nervio popular”, “Monterrey” (con Guille Beresñak, ex integrante de la banda y productor del primer LP) y “Vamos a bailar”.
Luego de haber colmado la capacidad del Lado B de Niceto, el año pasado, con la excusa de presentación y despedida del debut discográfico, el sexteto del Oeste redobló la apuesta con un show en el Lado A. Pese a la gran expectativa que generaba un nuevo desafío en la búsqueda de la consolidación definitiva en Capital Federal, el público respondió en gran número y la banda hizo lo que mejor sabe hacer, que es poner a bailar a la monada.
VIDEOS:
- Tierra adentro
- Bajando la corriente
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