martes, 3 de abril de 2012

“Daffunchio es un amante del sonido Inglés”

Las Pelotas se presentará el próximo domingo 8 de abril en el Auditorio Oeste, y para comenzar a palpitar el show estuvimos hablando con el tecladista Sebastián Schachtel sobre la actualidad del grupo.


La banda liderada por Germán Daffunchio vuelve al Oeste luego de la memorable actuación que habían realizado en abril de 2011, ante más de 35 mil personas. Si bien la convocatoria del show que darán el fin de semana que viene será menor debido a la capacidad del recinto, seguramente tendrá la misma intensidad. “Estamos en proceso de grabación, terminando de demear el próximo disco. Nos queremos tomar un momento de descanso del estudio para salir al contacto con la gente”, comenta Schachtel acerca del presente del sexteto.

En las últimas producciones de estudio se ve un viraje hacía un sonido más internacional (más inglés sí se quiere), en relación a conceptos sonoros, detalles, trabajar el audio a un nivel muy fino, generar esas capas y capas de guitarras que se combinan con la cuestión más climática de las teclas. ¿Es algo buscado o simplemente se dio así? 
Sí, totalmente, pero es algo que está presente en nosotros, en nuestras conversaciones. Germán es un amante del sonido Inglés. Te doy un ejemplo que apoya lo que vos decís: Uriel, el hijo de Timmy Mckern, viene de estudiar audio en Londres y está trabajando como técnico en el estudio de Córdoba. Hay un amor por esa sonoridad y por esa manera de ver la música, de entender el estilo como un instrumento y usarlo como una herramienta. Es algo que lo buscamos adrede y que nos gusta.

A nivel personal, se podría decir que llegas a Las Pelotas desde un universo sonoro distinto (Clap / La Portuaria / Bel Mondo). Tal vez más refinado, otra estética, más Pop quizás, en relación a la génesis del grupo. ¿Hasta dónde te sentís responsable de los cambios musicales de la banda?
Encuentro en el grupo, desde el principio hasta ahora, un espacio donde expresarme naturalmente, sin hacer esfuerzos y sin resignar cosas, siempre me dieron un aval muy grande como para hacer lo que yo quisiera, lo que me gustara, para que me sintiera cómodo. A mí me gusta el mundo de los sintetizadores, del audio, de los paisajes sonoros, y creo que eso a través de los discos se ve.

Desarrollaste tareas relacionadas con la producción en los discos anteriores, ¿En el que están trabajando actualmente también te hiciste cargo de ello?
Sí, y me encanta. Me gusta mucho producir a la banda, me siento muy cómodo con Germán al lado como socio porque nos complementamos muy bien. Es como un viaje producir un disco de las pelotas, tiene un comienzo, desde el germen de un tema, después las mutaciones, muchas veces llegamos a un lugar que no tiene nada que ver con la esencia de la canción de donde salimos, y cada uno tiene sus pociones mágicas, cada uno maneja sus misterios.

Durante 2011 hicieron una gira intensiva por España. Si bien a los conciertos habrá concurrido más de un argentino, experiencias como estas los ponen en la situación particular de volver a ser, para mucha gente, una banda a la que ven y escuchan por primera vez, a la que tienen que conquistar. ¿Qué tal fue la experiencia? 
Sí, una gira alucinante, estuvimos en Málaga, Madrid, Barcelona, Mallorca. Una experiencia genial. Tocamos dos tipos de shows: uno para los argentinos exiliados, que es muy parecido al show que hacemos acá, inclusive, el mismo folclore, los mismos cantos, las mismas banderas y la emoción descarnada de la gente que está viviendo a fuera. Y también en festivales, que era el desafío más grande. Nos fue bien, la gente se copó mucho, gente que no era público de Las Pelotas, gente que esperaba otras bandas y nosotros caímos ahí, y nos fue re bien, tanto que volvemos en Octubre.

También en el transcurso del año pasado, en la mayoría de los conciertos los estuvo acompañando Pablo Guerra (ex Caballeros de la Quema y Los Piojos), casi como un invitado permanente, pero en los últimos recitales que dieron este año volvieron a la formación anterior. ¿Este cambio es definitivo? 
Sí, Pablo nos ayudó mucho cuando ocurrió la desgracia de Tavo (Kupinski), que nos encontró en un momento en el que justo habíamos decidido contar con otro guitarrista para hacer frente al período de transición, en el que Germán tuvo que hacerse cargo de cantar todos los temas. Él fue como un reemplazante natural porque era muy amigo de Tavo, ellos también estaban tocando juntos en Revelados, así que en ese momento fue genial, nos súper ayudó. Pero después nos dimos cuenta que en realidad no nos hace falta en este momento otro guitarrista, al menos por el momento.

Se viene nuevo trabajo de estudio ¿Cómo es la cocina de un disco de Las Pelotas?
Lo vamos a empezar a grabar a mitad de abril, así que espero que para fin de mayo lo tengamos listo. La idea es encarar la grabación con las ideas muy claras, por eso estuvimos viajando bastante a Córdoba, al estudio, para hacer demos, probar, grabar y experimentar.

¿Cómo es el proceso de composición?
Hubo un primer viaje en el que fuimos Gabriela y yo a la casa de Germán, montamos un mini estudio en una piecita y compusimos varios temas, hicimos un par de viajes así y después ya fuimos todos y esos gérmenes, esas ideas se fueron desarrollando. Y otros temas salen de la nada, de estar cada uno con su instrumento, aparece alguna célula que después se multiplica, pero en realidad, generalmente suele ser mayoritariamente un búsqueda bastante colectiva.

El próximo fin de semana Las Pelotas visita el Oeste, donde a la vez juegan un poco de local, ¿Con qué tipo de concierto nos vamos a encontrar?
El show que estamos haciendo es como un recorrido por la historia de Las Pelotas, hay una cantidad de temas muy grande, inclusive el disco en vivo es una especie de resumen de lo que vienen siendo los recitales. Quizás toquemos algún tema nuevo y bueno, sabemos que además contamos con varios comodines relacionados con toda la carrera de la banda.

Las Pelotas estará tocando el próximo domingo 8 de abril, a las 20, en el Auditorio Oeste (Av. Rivadavia 17.230 - Haedo)


Víctor Najmías y Julián Gonnella