sábado, 3 de diciembre de 2011

Ojas en La Trastienda: No tan distintos

La banda de Haedo regresó a los escenarios luego de ¡7 meses! con nueva formación para celebrar sus 10 años de vida. La Fiesta Fantasma brilló en San Telmo.


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“… que veinte años no es nada, que febril la mirada…” reza Volver, tal vez el tango más silbado en la historia del malevaje rioplatense. Y sí veinte años no son nada, diez mucho menos, aunque este tipo de aseveraciones siempre son relativas, por ejemplo: no son lo mismo diez años de condena efectiva carcelaria que diez años de vacaciones. En el caso que nos atañe hoy tenemos que decir que para una banda de rock, diez años de existencia es mucho más que nada, es algo sin dudas, es un motivo de celebración. Y ahí volvemos a toparnos con la composición de Gardel y Le Pera ya que en esta oportunidad el motivo de la cita era doble. Sí, OJAS, agrupación rockera del Oeste en evidente e innegable ascenso convocaba a sus seguidores el martes 29 de noviembre a reunirse en La Trastienda en primer lugar para festejar sus diez años de vida, pero al mismo tiempo este concierto marcaba su regreso a los escenarios locales después de una tregua musical de poco más de medio año, en el período que demoró en concretarse la “Operación Volver”. La Oja reestructuró y bilardeó su formación, achicando sus filas de septeto a sexteto e incorporando a nuevo bajista.

Esa noche tras una mini tormenta de escasos minutos que no alcanzó para refrescar el agobiante calor de la húmeda Buenos Aires, el local de San Telmo se poblaba de caras conocidas para seguidores del grupo y rockeros del Oeste. Una vez dentro del recinto al abrirse el telón la primera declaración de Iván Gramático (guitarrista y cantante) fue: “… Buenas! Nunca nos fuimos, pero ahora volvimos… “. Y a partir de allí fue como si esos meses jamás hubieran pasado, en un instante todo volvía a estar en su lugar, Polo contaba cuatro desde la batería y la banda comenzaba a descargar todo su poder con “Kin”, el tema que abre Efecto (2009) su última producción discográfica.

Sin descanso la banda arremetió con “Como rebeldes” y así, por primera vez en la noche, las voces que venían desde abajo del escenario sonaron tan fuerte como las que venían de arriba de las tablas, generando un pintoresco momento de comunión rockera. El primer tema de Naranja (2007) que sonó fue “Cuarto vacío”, tras el cual sobrevino la hermosa “Giratoria”, la cual además de poseer un estribillo perfecto contó con la destreza de Alvaro Gil Mariño, multinstrumentista comodín de la banda, que en este caso se lució con el bandoneón.

En ese momento aparecieron los primeros invitados de la noche: los hermanos Méndez, Martín (Sendero) y Matías (El Chavez), ocupando respectivamente guitarra y una -segunda- batería arremetieron con una demoledora versión de “Viajar” un clásico vintage que hizo delirar al público. Luego del paso de la dupla M&M encargada en su momento de la producción del hasta ahora último disco de Ojas sobrevino “Fiesta Fantasma” y La Trastienda se transformo en el afterhour más heterogéneo que uno pueda imaginar para un martes a la noche, el dancefloor más pérfido del rock.

Y bueno, como todo el mundo necesita un súper héroe, hasta el rock and roll, fue el turno de “RobinStoner”, pegado al cual llegó una versión de “Robot rock” de Daft Punk, momento esperado por los asiduos seguidores de la agrupación del Oeste, esta vez participaron sobre el escenarios una pareja de señoritas enfundadas en rigurosos trajes negros, cada una con su casco emulando al dueto francés. Bajando un cambio llegó la sensual “Toy”, acto seguido desde el EP Despegar sonó “No tan distinto” y realmente que el ambiente despegó, momento para destacar la participación de Phias, MC, satánico hiphoper y arengador de Ojas.

La lista de temas seguía avanzando y fue el turno del siguiente invitado: Catriel Ciavarella “ … de una banda que recomendamos, si nunca escucharon, Divididos …” bromeaba Iván al presentar a quien en tándem baterístico junto con Polo le dieron explosión y tracción a sangre, sudor y rock a una Bonhaneana versión de “Grietas”. Matías Sánchez, el nuevo bajista ya se movía como pez en el agua, y se produjo un momento emotivo con la invitación de dos ex integrantes, Pío y Ana. Todos juntos hicieron sonar poderosas versiones de “Servidor del rock”, pieza fundamental de Efecto, y el otro cover de la noche “Pet sematary” de Ramones.

“Hablo de vos”, tal vez la mejor canción de Ojas, sin dudas la más emocionante, donde como a lo largo de todo el show, Pablo Retamero (“Govinda”) demuestra sus dotes de instrumentista, poseedor tanto de buen gusto como de destreza a la hora de generar cuidados arreglos y ejecutar su SG rojo malbec. “ … todo fue y todo pasa …” el grito de guerra y más invitados al escenario, Maikel y Memo de Kapanga. A esa altura el pogo y el stage diving eran un condimento más de la celebración.

Desde Imágenes de la nada llegaba “Acariciando las hormigas”, anteúltimo “CJ” y después lo que ya todo el mundo sabía era el final: “Costa”, el tema que ya es una costumbre cierre todos los shows de Ojas, lo que no esperaba todo el mundo era la invitación de los músicos a subir al escenario, generando de este modo una comunión total. Así banda, colaboradores, amigos y publico se hicieron uno saltando juntos sobre el escenario, bailando, festejando.

Nada de frente marchita en este caso, con mucho, pero mucho rock y el pecho inflado fue la forma que eligió para regresar Ojas, la banda que presenta una de las propuestas musicales más interesantes que ha asomado en mucho tiempo en otra encarnación musical nacida en las tierras que el Sol elige para ir a dormir, y si bien pasaron algunos meses y algunos cambios, los inventores de la Fiesta Fantasma volvieron, y volvieron rockeros, glamorosos, bailables y dejando ver que tienen un promisorio futuro por delante. Lo más importante es que los Ojas están de nuevo entre nosotros y pisando fuerte los escenarios. ¿Volver? … No tan distintos.

Por VICTOR NAJMIAS

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