El ex líder de Nuca y Árbol desembarcó con su nuevo proyecto en el Lado B de Niceto para presentar y despedir «Morón City Groove».
Galería de fotos
“Como este disco ya tiene más de un año de vida y no le hicimos una presentación oficial, decidimos realizarla ahora que ya estamos cocinando el material nuevo, como una especie de homenaje y agradecimiento por lo que nos brindó”, comentaba antes del show Matías Méndez, líder de este notable y peculiar proyecto, que nació como su plan solista y fue evolucionando y asentándose paulatinamente, show a show, hasta convertirse en un supergrupo capaz de fusionar con gran efectividad y soltura funk, reggae, dub, hip-hop y cumbia, sin alejarse de la escena del rock.
Para ir aclimatando al público que iba llegando y llenando el recinto, un DJ tiraba pistas como un presagio de lo que iba a brindar el septeno de Oeste: cumbia electrónica, algo de reggaeton. En fin, la música ideal para hacer bailar a la monada. “Buenas noches. Vamos a bailar”, propuso El Chávez desde el comienzo, dejando en claro cual iba a ser la premisa de la noche, y sus anhelos se vieron reforzados con un arranque prometedor. Una joya de Nuca (“Celso”) condujo a “Non Stop” (o “Que la música no pare”) que funcionó como puente para marcar la transición entre los dos proyectos, y de ahí se instaló en esta nueva etapa de la mano de los aires litoraleños de “Rosa Maria”.
Al frente de la banda se ubicaron Matías, con su habitual camiseta del Corinthians paulista demostrando que la alegría no es sólo brasilera, y Eugenia Insaurralde, que además de ser su esposa, se encarga de aportarle a las canciones su calida voz y toda su sensualidad. Otra gema de Nuca (“Maquina de la Pampa”) inauguró una sucesión de temas pertenecientes a «Morón City Groove»: “Amanecer”, “Desterrado” y “La mar en coche”, que puso a bailar a un heterogéneo público que iba desde un par de rastas hasta chicas coquetas, no olvidemos que estábamos en el paquete Palermo Hollywood.
Dentro del repertorio también sonaron: “Tierra adentro”, tema que pese a haber quedado afuera del disco está presente constantemente en los shows, y una excelente versión de “King of the Bongo” de Manu Chao, una clara influencia de Méndez en su etapa post-Árbol. En tanto que el único invitado de la noche fue Guillermo Beresñak, ex integrante de la banda y coproductor de la placa, que – afortunadamente - en breve estará editando «Sin moverse» por una compañía multinacional. El ex líder de Antü, que fue presentado por El Chávez con suma precisión: “Dos metros de altura y de talento”, aportó su voz al primer corte que había tenido el disco, con video incluido: “Monterrey”.
“Cumbia metal”, presentó El Chávez aquel viejo tema titulado “Saliré”, en otra revisita del cancionero de Nuca apto para los nostálgicos. Y el show culminó con los agradecimientos del caso: “Mil gracias a todos por haber venido”, en voz de su líder; sin antes brindar el último bloque musical para desatar la algarabía de toda la gente con “San Genaro”, el más reciente corte, que cuenta con un excepcional video rodado en Corrientes; “Situación”, que en su letra desafiaba a tensionar un ritmo popular, cualquier similitud con la realidad no es pura coincidencia sino estar un paso adelante del resto; y “Vamos a bailar” (“Vamos a bailar, asomando la cabeza hacia el paraway”) propuesta, que a través del powerdub, no tardó en surtir efecto.
Luego de haber presenciado el show del sábado pasado y disfrutado del sonido y variantes que despliega la banda, el saldo que dejó el paso de El Chávez por Niceto fue positivo y genera muchas expectativas de cara a su próximo material con el que seguramente nos volverá a sorprender. Así, con una demora de más de un año y luego de haberlo tocado por todos lados, finalmente el talentoso músico del Oeste presentó en forma oficial «Morón City Groove», que no sólo rompe con los prejuicios de rock sino que también le aporta una gran frescura a la escena del Oeste, y de a poco, trasciende hacia nuevas fronteras.
VIDEOS:
- Tierra adentro
- Amanecer
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“Como este disco ya tiene más de un año de vida y no le hicimos una presentación oficial, decidimos realizarla ahora que ya estamos cocinando el material nuevo, como una especie de homenaje y agradecimiento por lo que nos brindó”, comentaba antes del show Matías Méndez, líder de este notable y peculiar proyecto, que nació como su plan solista y fue evolucionando y asentándose paulatinamente, show a show, hasta convertirse en un supergrupo capaz de fusionar con gran efectividad y soltura funk, reggae, dub, hip-hop y cumbia, sin alejarse de la escena del rock.
Para ir aclimatando al público que iba llegando y llenando el recinto, un DJ tiraba pistas como un presagio de lo que iba a brindar el septeno de Oeste: cumbia electrónica, algo de reggaeton. En fin, la música ideal para hacer bailar a la monada. “Buenas noches. Vamos a bailar”, propuso El Chávez desde el comienzo, dejando en claro cual iba a ser la premisa de la noche, y sus anhelos se vieron reforzados con un arranque prometedor. Una joya de Nuca (“Celso”) condujo a “Non Stop” (o “Que la música no pare”) que funcionó como puente para marcar la transición entre los dos proyectos, y de ahí se instaló en esta nueva etapa de la mano de los aires litoraleños de “Rosa Maria”.
Al frente de la banda se ubicaron Matías, con su habitual camiseta del Corinthians paulista demostrando que la alegría no es sólo brasilera, y Eugenia Insaurralde, que además de ser su esposa, se encarga de aportarle a las canciones su calida voz y toda su sensualidad. Otra gema de Nuca (“Maquina de la Pampa”) inauguró una sucesión de temas pertenecientes a «Morón City Groove»: “Amanecer”, “Desterrado” y “La mar en coche”, que puso a bailar a un heterogéneo público que iba desde un par de rastas hasta chicas coquetas, no olvidemos que estábamos en el paquete Palermo Hollywood.
Dentro del repertorio también sonaron: “Tierra adentro”, tema que pese a haber quedado afuera del disco está presente constantemente en los shows, y una excelente versión de “King of the Bongo” de Manu Chao, una clara influencia de Méndez en su etapa post-Árbol. En tanto que el único invitado de la noche fue Guillermo Beresñak, ex integrante de la banda y coproductor de la placa, que – afortunadamente - en breve estará editando «Sin moverse» por una compañía multinacional. El ex líder de Antü, que fue presentado por El Chávez con suma precisión: “Dos metros de altura y de talento”, aportó su voz al primer corte que había tenido el disco, con video incluido: “Monterrey”.
“Cumbia metal”, presentó El Chávez aquel viejo tema titulado “Saliré”, en otra revisita del cancionero de Nuca apto para los nostálgicos. Y el show culminó con los agradecimientos del caso: “Mil gracias a todos por haber venido”, en voz de su líder; sin antes brindar el último bloque musical para desatar la algarabía de toda la gente con “San Genaro”, el más reciente corte, que cuenta con un excepcional video rodado en Corrientes; “Situación”, que en su letra desafiaba a tensionar un ritmo popular, cualquier similitud con la realidad no es pura coincidencia sino estar un paso adelante del resto; y “Vamos a bailar” (“Vamos a bailar, asomando la cabeza hacia el paraway”) propuesta, que a través del powerdub, no tardó en surtir efecto.
Luego de haber presenciado el show del sábado pasado y disfrutado del sonido y variantes que despliega la banda, el saldo que dejó el paso de El Chávez por Niceto fue positivo y genera muchas expectativas de cara a su próximo material con el que seguramente nos volverá a sorprender. Así, con una demora de más de un año y luego de haberlo tocado por todos lados, finalmente el talentoso músico del Oeste presentó en forma oficial «Morón City Groove», que no sólo rompe con los prejuicios de rock sino que también le aporta una gran frescura a la escena del Oeste, y de a poco, trasciende hacia nuevas fronteras.
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