martes, 22 de abril de 2014

La cumbre del rock del Oeste desembarcó en Niceto

Con una importante convocatoria, Antü y Mejor Actor de Reparto se presentaron, el pasado viernes, en el reducto de Palermo con un combo explosivo que hizo rockear y bailar a todos.

Si bien ambas bandas no tienen mucho en común en cuanto a lo musical, una abarca diversos géneros con una impronta latina y bailable, y la otra se destaca por un rock crudo y con ciertos tintes oscuros. Mucho menos se puede comparar la actualidad de cada una, recordemos que Antü, que cuenta con una prestigiosa trayectoria sostenida con tres discos tan versátiles como geniales, había anunciado que era su último show; mientras que Mejor Actor…, con apenas cinco años de vida, crece a paso firme y cuenta con un debut discográfico imprescindible para cualquier fervoroso rockero. Producto de la promiscuidad del Oeste, como dijo alguna vez el ex manager de una importante banda de la zona, decidieron compartir escenario y, con sus respectivas propuestas, cautivaron al público presente.   

Todo el tiempo la música está fuerte...
Antes de la presentación, Mauro Duek, el líder de Mejor Actor de Reparto, había declarado que iba a ser una gran fecha y una de las últimas oportunidades para escuchar en vivo aquellos temas que integran el primer disco de la banda. Quienes tuvieron la fortuna de estar presentes en Niceto (porque fue uno de esos show que quedaran en la memoria por un buen tiempo) sintieron en carne propia la precisión de las palabras del cantante en los primeros instantes del: La rabiosa “Probablemente nada” y el tema nuevo “Sexto C” dieron el puntapié inicial y de ahí en más el repertorio adquirió una dinámica impresionante.

“Lo llenamos. No lo podemos creer, somos un montón”, expresó Duek con emoción y asombro sobre la gran convocatoria que se dio cita en el reducto de Palermo. El cantante y guitarrista estuvo muy comunicativo durante el breve pero intenso show y en cada tema se encargó de meter un comentario: en “Sábado” incluyó una dedicatoria para alguien del público, luego presentó la popular “El Oscar” en tono de broma (“Ahora vamos a tocar la del Oscar”), y hasta se animó a revelar en contenido de la nostálgica “Construcción”: “Habla de las construcciones y los posibles derrumbes”, afirmó.

Con una formación de cuarteto rockero, Mejor Actor de Reparto suena impecable y con la precisión de un reloj suizo: Alejo Lecuona (bajo), Matías Montes (batería) y Nicolás Martín (guitarra) se lucen enfocados en sus propios instrumentos y casi que pasan desapercibidos cumpliendo a la perfección el papel de actores de reparto, para dejarle el protagonismo a Mauro, que desborda de energía e histrionismo sin abusar de ese rol ni pecar de exagerado.    
   
Sobre el cierre, el frontman nuevamente tomó la palabra para agradecer al público, a los organizadores y a Antü (a la que calificó como una “gran banda”). En cuanto a lo musical, el grupo con orígenes en Haedo redondeo la lista con tres temas tan frenéticos como vibrantes: “Tan lejos para encontrarte”, “Abiertamente falso” y “Si queres”, con una esencia punk tanto en la letra (“Escupile a un ciego, reite de sus ojos, pateale el palo…rompelo todo”) como en los alaridos del cantante, con claras reminiscencias a Johnny Rotten, de los Pistols. Y el público los despidió con aplausos y con el mejor halago que se puede hacer a una banda, pedirle que toquen un tema más.
     
Son tantos colores cuando se camina despierto 
Luego de un breve receso que sirvió para asimilar todo lo que había dejado la gran actuación de Mejor actor…, llegó el turno de Antü, una de las bandas legendarias del Oeste bonaerense que no ha mantenido una actividad constante a lo largo de los años pero suelen reunirse esporádicamente, y siempre vale la pena ver con qué sorprenden a sus seguidores. Se abrió el telón y en el centro del escenario se encuentra el esbelto Guillermo Beresñak, que luce su habitual remera de Bam-Bam y Pebbles (los hijos del Los Picapiedras) y el tajo que cruza el ancho de su espalda acusa el paso de los años.

Como ejercicio lúdico se podría trazar un paralelo entre la prenda gastada y la banda para analizar esta nueva re-unión y ya van... Es que los cinco integrantes han madurado, tanto etaria como profesionalmente, y esas ropas que antes les cabían a la perfección, ahora parece que ya no les sientan tan bien. Quizás ello explique la denodada búsqueda por adaptar aquellas composiciones de la adolescencia a su actualidad musical con un resultado que afortunadamente contó con más puntos a favor que en contra.
        
Pero ese intento de darle un enfoque más actual a las canciones tropieza en el inicio del show cuando suena “Circular”, aquella gran gema que abre el segundo disco “Mar adentro”, de 2005. Una interpretación algo urgente y la recurrencia, por momentos, a ciertos aires reggaetoneros conspiran en contra de la nueva versión y no hace más que despertar una enorme nostalgia por los instrumentos autóctonos que nutrían al tema original. Sin embargo, ese comienzo en falso se revirtió rápidamente con una sucesión de temas que dejó en claro la calidad de estos músicos y la variedad de colores que habitan en su repertorio.

Así partieron de la cumbia (“El camino” y “Encontre una razón”, casi un homenaje a “La guitarra”, de los Decadentes: “Encontré una razón para ser feliz. Quererte mucho y tocar la guitarra”), pasaron a la canción (“Doblar” y “Caer”), se instalaron en el funk (“Negra”) y arremetieron con una hiperdinámica milonga (“Esperanza”). Pero dentro de la lista hay que destacar la excelente re-versión de “Ojos rotos”, un gran acierto. Promediando el show, Beresñak agradeció a los presentes: “Muchas gracias amigos. Estamos muy felices de compartir esta noche con ustedes”.  

En el cierre de la noche, el quinteto de Castelar, que se completa con Juan Ignacio Serrano (guitarra y voz), Sergio García (bajo y coros), Matías Ruiz (batería) y Gabriel Santamaría (guitarra), continuó con el imbatible plan bailable con “Yenifer y su auto mágico”, “Niebla” y “Sostengan la luna”. Cuando el público se preparaba para los bises, se cerró el telón y abruptamente se despidieron ¿definitivamente o por un tiempo?. Quien sabe. Mientras se espera por su vuelta a los escenarios sostengan la luna…el tiempo es inevitable.

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