El domingo pasado La Zurda, El Chavez, Semilla y Cadan se presentaron en la inauguración del Auditorio Oeste, un nuevo y necesario espacio para la prolífica movida rockera y cultural de la zona Oeste del Gran Buenos Aires.
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“El Auditorio nace a partir de una necesidad. Cada vez que algún grupo de gran convocatoria quería venir a tocar en la zona tenía que recurrir a algún club donde la infraestructura muchas veces no es era la más adecuada. Este espacio se armo desde cero, prestando especial atención en los detalles estéticos y de infraestructura. Cuenta con 2 escenarios, uno en el Auditorio propiamente dicho y otro en un sector que dimos en llamar Wiphala, que es más bien un bar”, comentó Inti Raimy, encargado de programación del lugar, en una entrevista a Proyecto Under.
La primera banda que abrió el segundo día de estreno del reducto fue Cadan, un septeto surgido a fines de 2003 que sigue presentando su flamante primer disco de estudio titulado “Mañana puede ser”, editado a principios de 2009. El mismo fue producido por Martín Méndez (ex guitarrista de Caballeros de la Quema y actual líder de Sendero) y cuenta con 11 temas en los cuales incursionan por diferentes estilos: rock, funk, reggae y ska. En esta fecha, la banda tuvo entre sus filas a Carlitos Arin (otro ex Caballero) en saxo, con quien realizaron una gran versión del tema de Sumo “No acabes” y aprovecharon para anunciar su próxima fecha que será en abril, en Santana Bar, junto a Andrea Prodan.
Tras unos minutos de espera, Matías “Chávez” Méndez desembarcó en el escenario principal de la mano de su nuevo proyecto en solitario, con el que recientemente sacó un disco llamado “Morón City Groove”, un compendio de 11 canciones bailables, experimentales y luminosas. De esta placa sonaron la cumbia lisérgica “San Genaro”, los reggaes “Amanecer” y “Rosamaria”, y además dos genas de «Maquina de la Pampa», último trabajo de Nuca: “Celso” y “Que la música no pare”, tema que en el nuevo álbum el ex batero de Árbol y líder de Nuca versionó como “Non Stop”.
Tras el set de El Chavez, el público salió disparado hacia el escenario secundario en donde se preparaba la banda de folk-rock Semilla, quien deleitó con sus chacareras eléctricas. El cuarteto conformado por Bárbara Palacios (voz y guitarra), Camilo Carabajal (batería), Leandro Bulacio (teclado y bajo) y Gabriel Rocca (guitarra) arrancó con dos temas pertenecientes a su debut discográfico (“Chacarera del engaño” y “La peñera”), y también tocaron canciones nuevas como “Foquita” y las chacareras “Cachito” y “Al norte soñador”.
Palacios fiel a su estilo arengó a los espectadores: “¿Cómo la están pasando? Qué bueno que hay algunos que bailan. Los que no saben pónganse al lado de los que bailan y van a aprender en un segundo, es muy fácil”, y el repertorio de Semilla cerró con la chacarera doble “Sin querer”, la vidala perteneciente al Duo Orozco-Barrientos “Vuelve” y a pedido de la gente sonó un bis, “Un color”.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de La Zurda, una de las bandas más importantes del Oeste que se encuentra trabajando en el material que formará parte de su tercer disco de estudio. El grupo liderado por Emanuel Yazurlo y Juan Manuel Bruno comenzó el set con “Despacito”, un tema que resume la esencia de la banda: la fusión entre el rock y los ritmos autóctonos de la cultura de América Latina. Luego arremetieron con “Hay un lugar”, una relectura acerca de los exiliados que se banca tranquilamente un pasito ska.
“Es un gusto estar en la inauguración del Auditorio Oeste, un lugar tan esperado y tan necesitado en la zona. Seguramente nos vamos a ver muy seguido”, manifestó Yazurlo, y el sexteto tocó algunos temas nuevos como “Ilegal” y “20 años”, para instalarse en la primera placa con “Andaré” y “Culebron” (con extractos de “Rastamandita” de Molotov). “Es un placer participar de esta movida”, remarcó el cantante, que anunció la próxima fecha que será en Marilyn el 10 de abril, y el final llegó de la mano de “Los últimos”, “El Mundo” y “Mimbre y café” (con unos guiños de “Kaya” de Sumo).
Este nuevo emprendimiento es esencial para seguir apostando a la cultura, tanto para el desarrollo de la estupenda movida rockera que existe en la zona, como para realización de otras disciplinas artísticas. Sin dudas, éste es el lugar que se merecía una escena tan rica cómo la del Oeste .
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- El Chavez
- Semilla - Chacarera del engaño
- La Zurda - Los últimos
- La Zurda - El Mundo
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“El Auditorio nace a partir de una necesidad. Cada vez que algún grupo de gran convocatoria quería venir a tocar en la zona tenía que recurrir a algún club donde la infraestructura muchas veces no es era la más adecuada. Este espacio se armo desde cero, prestando especial atención en los detalles estéticos y de infraestructura. Cuenta con 2 escenarios, uno en el Auditorio propiamente dicho y otro en un sector que dimos en llamar Wiphala, que es más bien un bar”, comentó Inti Raimy, encargado de programación del lugar, en una entrevista a Proyecto Under.
La primera banda que abrió el segundo día de estreno del reducto fue Cadan, un septeto surgido a fines de 2003 que sigue presentando su flamante primer disco de estudio titulado “Mañana puede ser”, editado a principios de 2009. El mismo fue producido por Martín Méndez (ex guitarrista de Caballeros de la Quema y actual líder de Sendero) y cuenta con 11 temas en los cuales incursionan por diferentes estilos: rock, funk, reggae y ska. En esta fecha, la banda tuvo entre sus filas a Carlitos Arin (otro ex Caballero) en saxo, con quien realizaron una gran versión del tema de Sumo “No acabes” y aprovecharon para anunciar su próxima fecha que será en abril, en Santana Bar, junto a Andrea Prodan.
Tras unos minutos de espera, Matías “Chávez” Méndez desembarcó en el escenario principal de la mano de su nuevo proyecto en solitario, con el que recientemente sacó un disco llamado “Morón City Groove”, un compendio de 11 canciones bailables, experimentales y luminosas. De esta placa sonaron la cumbia lisérgica “San Genaro”, los reggaes “Amanecer” y “Rosamaria”, y además dos genas de «Maquina de la Pampa», último trabajo de Nuca: “Celso” y “Que la música no pare”, tema que en el nuevo álbum el ex batero de Árbol y líder de Nuca versionó como “Non Stop”.
Tras el set de El Chavez, el público salió disparado hacia el escenario secundario en donde se preparaba la banda de folk-rock Semilla, quien deleitó con sus chacareras eléctricas. El cuarteto conformado por Bárbara Palacios (voz y guitarra), Camilo Carabajal (batería), Leandro Bulacio (teclado y bajo) y Gabriel Rocca (guitarra) arrancó con dos temas pertenecientes a su debut discográfico (“Chacarera del engaño” y “La peñera”), y también tocaron canciones nuevas como “Foquita” y las chacareras “Cachito” y “Al norte soñador”.
Palacios fiel a su estilo arengó a los espectadores: “¿Cómo la están pasando? Qué bueno que hay algunos que bailan. Los que no saben pónganse al lado de los que bailan y van a aprender en un segundo, es muy fácil”, y el repertorio de Semilla cerró con la chacarera doble “Sin querer”, la vidala perteneciente al Duo Orozco-Barrientos “Vuelve” y a pedido de la gente sonó un bis, “Un color”.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de La Zurda, una de las bandas más importantes del Oeste que se encuentra trabajando en el material que formará parte de su tercer disco de estudio. El grupo liderado por Emanuel Yazurlo y Juan Manuel Bruno comenzó el set con “Despacito”, un tema que resume la esencia de la banda: la fusión entre el rock y los ritmos autóctonos de la cultura de América Latina. Luego arremetieron con “Hay un lugar”, una relectura acerca de los exiliados que se banca tranquilamente un pasito ska.
“Es un gusto estar en la inauguración del Auditorio Oeste, un lugar tan esperado y tan necesitado en la zona. Seguramente nos vamos a ver muy seguido”, manifestó Yazurlo, y el sexteto tocó algunos temas nuevos como “Ilegal” y “20 años”, para instalarse en la primera placa con “Andaré” y “Culebron” (con extractos de “Rastamandita” de Molotov). “Es un placer participar de esta movida”, remarcó el cantante, que anunció la próxima fecha que será en Marilyn el 10 de abril, y el final llegó de la mano de “Los últimos”, “El Mundo” y “Mimbre y café” (con unos guiños de “Kaya” de Sumo).
Este nuevo emprendimiento es esencial para seguir apostando a la cultura, tanto para el desarrollo de la estupenda movida rockera que existe en la zona, como para realización de otras disciplinas artísticas. Sin dudas, éste es el lugar que se merecía una escena tan rica cómo la del Oeste .
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