La banda liderada por El Chávez cerró la segunda jornada del ciclo organizado por el Gobierno Municipal para promover y difundir las bandas de rock de la zona.
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En el Oeste, además de estar el agite, hay un selecto grupo de bandas entre las que se puede incluir a Los Caballeros de la Quema, Demente Caracol, Nuca y Antü (ahora Yenifer y su auto mágico), que por su aporte musical han creado un vinculo muy fuerte con la gente y en numerosas ocasiones, el nostálgico público les reclama a sus integrantes que vuelvan a juntarse para volver a disfrutar de aquellos viejos buenos tiempos.
El año pasado en una entrevista, Matías “El Chávez” Méndez había dejado la puerta abierta para un regreso de Nuca tras un par de temporadas sin tocar juntos y la posible grabación de un nuevo disco. Pero la gran repercusión que tomó el disco en solitario («Morón city groove») que editó el ex baterista de Árbol y los compromisos personales del resto de la banda hicieron casi imposible este anhelo de regresar a las andanzas.
Luego de presentarse en la Inversa Fiesta en julio pasado, Nuca volvió a los escenarios por segunda vez en este año para cerrar la segunda jornada del Morón Rock, que más temprano había contado con la actuación de Machaca Boffe, El leopardo volador, Lokesea, La Chiripiorca, Gárgaras, D Aquí e Idahue. Cuando la banda del Chávez llegó al escenario se percibía una gran expectativa en el público, que explotó al escuchar los primeros acordes de “Saliré”.
“Buenas noches. Les voy a pedir que se acerquen. Acérquense, pierdan la timidez”, propuso El Chávez, y casi indignado volvió a insistir con algo de ironía: “Está toda la gente a 25 metros, ¿Qué es esto, un zoológico?”, preguntó el líder. Mientras el repertorio continuaba con “Sauco”, “Ya estoy” y “Celso”, todos temas pertenecientes a la placa «Máquina de la Pampa» (2006) para poner al público a bailar.
“Un poco más adelante, ¿Saben que nuestra próxima fecha va a ser dentro de tres años?”, volvió a solicitar con un guiño cómplice el prolífico productor, que en este año trabajó con Gustavo Cordera, Cielo Razzo, Andando Descalzo, Ciudavitecos, Los Umbanda, sólo por nombrar algunos. El cantante sugirió: “Vamos arriba”, y “Cabeceándote” ofreció una de las primeras cuotas de distorsión, mientras la tarde lentamente se transformaba en noche.
En tanto que “Dejarse ir” condujo al poderoso “Angelito”, el primer tema que interpretaron de ese espectacular debut discográfico llamado «Paraway» que sentó las bases del power-dub. De ese iniciático trabajo también sonaron “Hemp” (que “habla del faso” según expresó la voz del grupo), la críptica “Dead” y la potente “Vacante”, que refleja la sentida ausencia de Nuca (“Tanto tiempo esperando que algo estalle al fin y queda vacante”).
Con una formación de quinteto, sin Dj ni sección de vientos, la banda desplegó un sonido crudo y áspero, que se pudo advertir más concretamente en los temas del segundo disco: entre ellos, el que daba título a la placa (“Maquina de la Pampa”) y aquella canción que reunía ciertas influencias latinas (“Situación”). “Acá está la última antes de la lluvia. Muchas gracias a todos por haber venido”, cerró Méndez, y mientras se levantaba un fuerte viento que avecinaba una gran tormenta sonó “Vamos a bailar” para cerrar el corto pero contundente set.
“Gracias. Hasta pron…to, hasta un montón”, se despidió El Chávez, sin embargo Manu Belgrano (voz y guitarra) fue más conciso: “Hasta siempre”. Dejando en claro que (lamentablemente) no hay un plan concreto, sólo fechas aisladas. Fueron apenas 47 minutos de show que ratificaron aquellos motivos por los cuales esta excelente banda genera tanta expectativa en la gente que alguna vez los pudo disfrutar.
VIDEO
Celso
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En el Oeste, además de estar el agite, hay un selecto grupo de bandas entre las que se puede incluir a Los Caballeros de la Quema, Demente Caracol, Nuca y Antü (ahora Yenifer y su auto mágico), que por su aporte musical han creado un vinculo muy fuerte con la gente y en numerosas ocasiones, el nostálgico público les reclama a sus integrantes que vuelvan a juntarse para volver a disfrutar de aquellos viejos buenos tiempos.
El año pasado en una entrevista, Matías “El Chávez” Méndez había dejado la puerta abierta para un regreso de Nuca tras un par de temporadas sin tocar juntos y la posible grabación de un nuevo disco. Pero la gran repercusión que tomó el disco en solitario («Morón city groove») que editó el ex baterista de Árbol y los compromisos personales del resto de la banda hicieron casi imposible este anhelo de regresar a las andanzas.
Luego de presentarse en la Inversa Fiesta en julio pasado, Nuca volvió a los escenarios por segunda vez en este año para cerrar la segunda jornada del Morón Rock, que más temprano había contado con la actuación de Machaca Boffe, El leopardo volador, Lokesea, La Chiripiorca, Gárgaras, D Aquí e Idahue. Cuando la banda del Chávez llegó al escenario se percibía una gran expectativa en el público, que explotó al escuchar los primeros acordes de “Saliré”.
“Buenas noches. Les voy a pedir que se acerquen. Acérquense, pierdan la timidez”, propuso El Chávez, y casi indignado volvió a insistir con algo de ironía: “Está toda la gente a 25 metros, ¿Qué es esto, un zoológico?”, preguntó el líder. Mientras el repertorio continuaba con “Sauco”, “Ya estoy” y “Celso”, todos temas pertenecientes a la placa «Máquina de la Pampa» (2006) para poner al público a bailar.
“Un poco más adelante, ¿Saben que nuestra próxima fecha va a ser dentro de tres años?”, volvió a solicitar con un guiño cómplice el prolífico productor, que en este año trabajó con Gustavo Cordera, Cielo Razzo, Andando Descalzo, Ciudavitecos, Los Umbanda, sólo por nombrar algunos. El cantante sugirió: “Vamos arriba”, y “Cabeceándote” ofreció una de las primeras cuotas de distorsión, mientras la tarde lentamente se transformaba en noche.
En tanto que “Dejarse ir” condujo al poderoso “Angelito”, el primer tema que interpretaron de ese espectacular debut discográfico llamado «Paraway» que sentó las bases del power-dub. De ese iniciático trabajo también sonaron “Hemp” (que “habla del faso” según expresó la voz del grupo), la críptica “Dead” y la potente “Vacante”, que refleja la sentida ausencia de Nuca (“Tanto tiempo esperando que algo estalle al fin y queda vacante”).
Con una formación de quinteto, sin Dj ni sección de vientos, la banda desplegó un sonido crudo y áspero, que se pudo advertir más concretamente en los temas del segundo disco: entre ellos, el que daba título a la placa (“Maquina de la Pampa”) y aquella canción que reunía ciertas influencias latinas (“Situación”). “Acá está la última antes de la lluvia. Muchas gracias a todos por haber venido”, cerró Méndez, y mientras se levantaba un fuerte viento que avecinaba una gran tormenta sonó “Vamos a bailar” para cerrar el corto pero contundente set.
“Gracias. Hasta pron…to, hasta un montón”, se despidió El Chávez, sin embargo Manu Belgrano (voz y guitarra) fue más conciso: “Hasta siempre”. Dejando en claro que (lamentablemente) no hay un plan concreto, sólo fechas aisladas. Fueron apenas 47 minutos de show que ratificaron aquellos motivos por los cuales esta excelente banda genera tanta expectativa en la gente que alguna vez los pudo disfrutar.
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Celso
1 comentario:
Que buena foto!
Sé ve que estubo muy bueno!
Mucha suerte Muchachos
tieenen un futuro increible!
besos
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