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domingo, 12 de octubre de 2008

Que sea rock



La sexta jornada del Pepsi Music 2008 se presentaba previamente como una de las más interesantes en cuanto a la conformación de la grilla y pese a ciertos altibajos en la performance de algunos artistas, siempre la propuesta fue hacer rock en sus diversas formas.
El cierre estuvo a cargo de The Cult con sus clásicos añejos, como “Nirvana” y “Rain” que dieron inicio al show. A lo largo de la presentación, el cantante Ian Astbury buscó la típica conexión para meterse al público en el bolsillo con un par de palabras en castellano como todo artista internacional que pisa suelo argentino, él lo hizo mediante el fútbol y enumeró: “Boca, Independiente, Belgrano…” y dedicó “Dirty Little Rockstar” a Diego Maradona. Luego continuaron con “Edie”, “Savages” e “Illuminated” para conformar un set de una hora y veinte minutos que finalizó con “Wild flower” y “Love Removal Machine”. Volvieron para los bises con algunos problemas técnicos y sonaron las ochentosas “Sweet soul sister” y “She sells sanctuary”, en un recital que dejo en claro la impecable voz de Astbury, que por suerte dejo de jugar a ser Jim Morrison, y una banda que sigue roquendo a pesar de los años.



Las Pelotas, en su primer show en Buenos Aires desde el alejamiento de Alejandro Sokol de la banda, antecedieron al cierre de la fecha con un repertorio sombrío que inicio con la versión acústica de “Blanca Nieves + 7” seguida por “Desaparecido”, “Tormenta en Júpiter” y “Basta”.
La lista de temas fue confeccionada para reafirmar la figura de Germán Daffunchio como voz líder y para ello contó con mayoría de temas que originalmente lo tenían haciéndose cargo de la voz como “Peces”, “Como se curan las heridas”, “Mañana es igual” y “Esperando el milagro”, pero también se animó a cantar algunos de los clásicos que interpretaba Sokol (“La mirada del amo”, “Si supieras”, “Levanta polleras”). Además, tocaron “La colina de la vida”, cover que forma parte del homenaje a León Gieco; “Capitán América”, infaltable en los festivales y un tema nuevo llamado “Perdedores hermosos” con Roberto Petinato en saxo.
Como es habitual, Sumo para el cierre con “Mañana en el abasto”, en un dueto conformado por Daffunchio y Petinato, y “El ojo blindado” ya con toda la banda.
Si bien en los festivales nunca se vio la mejor cara de Las Pelotas, en esta oportunidad estuvieron lejos de la verdadera esencia de la banda y la ausencia de Sokol se sintió tanto en lo musical como en el estado anímico de la banda, que lució bastante fría y se limitó solo a tocar.
Una vez finalizada la actuación de Las Pelotas en el escenario principal, Zumbadores se hizo cargo de la carpa Sonica para dar un mini show de alto vuelo, con un set list en el que predominó temas de “El colibrí”, su último trabajo discográfico, entre las que se destacan “Sin cebador”, “Marioneta”, “Roedor de mi corazón”, “Pequeño Samurai” y “La ruta de los milagros”, y además incluyeron “El ritmo de los condenados” perteneciente a “Almeja y frutilla”. Lamentablemente no pudieron tocar más tiempo, para desplegar la excelente actualidad por la que atraviesan.
Cuando caía la noche, Pier hizo aparición en el escenario Claro y aunque todos esperaban cantar “Esta noche toca…”, ni ese tema ni otros de los que más sonaron en las radios fueron de la partida.
La banda de los hermanos Cerezo comenzó su repertorio con “Mar de sangre” y le continuaron la sucesión “De andar elegante”, “El fervor de los sueños”, “El narigón del barranco” y “La ilusión que me condena”, en ese momento se pudo oír un tímido “Dale Pier, dale Pier, hoy te vinimos a ver, alucinados como la primera vez”
Hacia el final, tocaron “Llegando a la felicidad” y “Jaque Mate” pertenecientes a su última placa “Rock en Monsterland”. En definitiva fue un show monótono en el cual el público no logró captar la sintonía del grupo.



La Presentación de Los Ratones Paranoicos no fue de aquellas que suelen hacer habitualmente en los festivales con una lista plagada de hits, sino que se vio a Juanse bastante malhumorado por el horario que les toco a los suyos, largas zapadas y un solo de batería de Roy de 10 minutos, pero a pesar de todo le encontraron una vuelta interesante.
Los Paranoicos arrancaron con el triplete conformado por viejas buenas canciones como “El vampiro”, “Sucio gas” y “El centauro”, en un recorrido por su vasta trayectoria, que continuó con “El hada violada”, “Banda de rock and roll” y “Cowboy”, y cuando parecía que había finalizado su actuación, regresaron para tocar “Girando”.
Juanse, Sarco, Roy y Pablo Memi, que retornó a la banda en remplazo del Zorrito Quintiero, a pesar de la desconformidad por el lugar que ocuparon en la grilla hicieron gala de su oficio y demostraron porque son una de las mejores bandas de rock de Argentina.
Con el sol de frente, Toti Iglesias salió a escena junto a sus nuevos compañeros para presentar en sociedad a su flamante banda Hijos del Oeste, con una lista que recorrió por los nuevos temas (“100% pordiosero”, “Estalla”, “Cemento”, “Adicto al rock and roll” y “La noche que me diste”) que formaran parte del primer disco de la banda, intercalados con algunos de Jóvenes Pordioseros (“Funeral”, “Cuando me muera” y “No la puedo dejar”) para finalizar con una versión instrumental de “Satisfaction” de los Stone con Toti escalando la estructura del escenario, al estilo Juanse Paranoico.
Si bien esta nueva banda del Toti Iglesias no es más que una burda versión de JP, transmiten buena onda.
De la mano de Bulldog, la jornada contó con un poco de punk, con un show que transitó por temas de su última placa (“Salvaje” del 2007) como “Más y más”, “Antigil”, “Resistir luchando”, “Un domingo en Madrid”; así como también algunos de otras etapas como “Fatal destino”, “Más que diez” y “Cementerio punk”. También tuvieron tiempo para descargarse contra el suplemento Si de Clarín por no tener en cuenta a la banda, y bromearon por el horario, cuando el bajista Ramiro España preguntó: “¿Vienen a tomar el té?”. Una buena presentación de los rosarinos para poner en ambiente a la gente que iba llegando al Club Ciudad.