Antes de su primera presentación del año en capital, el próximo sábado 26 de marzo en la Union e Benevolenza, nos metimos en la extraña mente de Federico Cabral, quien explica su postura frente a la independencia y por qué decidió junto a su banda subir el disco «Afuera» gratuitamente a Internet.
“Afuera tiene mucho Sarmiento encima”, es la primera observación de Fede Cabral, mientras se sienta en una mesa del ruidoso y mítico Bar Británico de San Telmo, cuando le comento que provengo del Oeste. La aclaración del líder de Sancamaleon tiene que ver con que el flamante tercer disco de su banda fue producido por Matías “El Chávez” Méndez en su base de operaciones de Haedo. Pero además, el vínculo con el Oeste - que ya habían trazado tanto la banda al presentarse en numerosas ocasiones en Santana Bar de Ramos Mejía, como su cantante al participar en el segundo disco de Resumen Porteño - reaparece en la letra del tema “Un ojo en el cielo” (“Cruzar el Oeste Bonaerense, dejar al tiempo jugar al forense, ver el desierto mientras se consume lento, mi corazón despacio va lento”).
Ante un mercado musical en baja, Sancamaleon, al igual que una infinidad de bandas, encontró en la autogestión su forma de expresión. Y Fede advierte un equilibrio entre los beneficios y las desventajas de la independencia: “Si bien es difícil ser músico, cómo cualquier otra rama del arte, es el precio de la libertad. Tenés que hacer cosas que no forman parte de tu trabajo, pero está bueno invertir la energía en algo que te da un gran placer espiritual”. Aunque también es realista y no descarta las ventajas de tener el apoyo de una compañía disquera: “Estaría buenísimo que viniera una compañía grande porque te soluciona un montón de cosas. Pero las discográficas van a algo seguro, bandas que explotan y llevan 1000 personas. No es nuestro caso, somos una banda que se mantiene con los años pero nunca fue una explosión popular. La nuestra es una banda más de semilla lenta, versus sonar en la radio. Al no tener esa suerte, tratamos de fabricar otro camino para contar lo que hacemos.”
En 2010, coincidiendo con la celebración de los 10 años de vida de la banda, el sexteto editó su tercera placa, luego de «Cancionero para niños sin fe» de 2004 y «Polenta» de 2007. A diferencia de los anteriores discos, los Sanca ofrecieron su tercer opus en libre descarga desde la página oficial con una propuesta innovadora, que consistió en entregar dos temas por semana durante cuatro martes para finalmente completar el álbum el día de la presentación oficial en La Trastienda. “Ahora es un momento de ponerse creativo para mostrar lo que uno hace. Teníamos la idea de darlo y apareció esta idea de hacerlo como en cuotas. Me pareció interesante y arriesgado. Se logró lo que queríamos, que la gente escuchara gran parte del disco, que es lo difícil porque uno no escucha discos enteros, o menos que antes. Los temas sueltos pueden estar buenos, pero al disco lo veo más como una obra que escuchas entero, por lo menos el músico lo piensa de esa manera”
En esta nueva etapa que comienza con la edición del tercer disco, la banda logró mutar su sonido hacia un estilo más bailable y electrónico, aunque no perdió la energía valvular y latina que ya traía. “Tiene un power comparado con el disco anterior, que estaba más conectado con el mundo de los sueños, algo más introspectivo. «Afuera» es más rockero y contundente. Quisimos hacer un disco para bailar y ahí, obviamente, entra la producción de Chávez, que es una persona que nos conoce bastante. Es un tipo que habla poco, pero es muy certero con sus cosas.” Además, el prolífico productor del Oeste fue crucial tanto en esta placa como en la carrera de Cabral: “Siempre tuve una gran admiración por él, me pareció muy inspirador. En estos últimos años, el loco floreció y me pone muy contento por él, se lo merece. A la vez sigue siendo un tipo muy intuitivo y siempre está en la vanguardia de lo que está pasando. Me reencontré con él hace dos años en la playa después de unos cuantos años que no lo veía, empezamos a charlar y me dijo: ‘Hagamos el disco de Sanca, vamos para adelante’ Él quiso hacerlo y nosotros nos entregamos de lleno, y fue una gran experiencia.”
Además de cantar en Sancamaleon, Cabral reparte su tiempo en otros dos proyectos, La Peña Pop y Los Aliados del Japón. El primero es un colectivo musical que completan Goy Ogalde, Charlie Desidney, Manu Espinosa y Carlos Martín. “La Peña es una cosa medio terapéutica. Hacemos temas propios y algunos covers (Bob Dylan, David Bowie, Madness, etc), en formato acústico pero con alguna búsqueda.” En cambio los Aliados de Japón “Es otro plan. Me gusta que tiene el espíritu de proyecto paralelo pero con toda la pila, energía y amor, y a la vez no compite con Sancamaleon porque es otra cosa, son temas colgados y relajados. Me gustaría llevarlo a un concepto diferente y tocar en otros lugares. Siento que con este disco de Sanca confirmamos que es una banda para bailar, rockera y que va para adelante, y explotó el lado más cancionero en los Aliados de Japón. Es una banda colgada y rara, con músicos amigos buena onda que son uno personajes.”
Pero no todo fue color de rosa para Sancamaleon ya que antes de dar forma a su más reciente trabajo tuvieron que reponerse del alejamiento del bajista Juan Ignacio De Abreu y del baterista Nicolás Moauro. “Es fuerte que se vaya la base de la banda. Fue un momento de transición fuerte que nos sirvió para darnos cuenta que nada es para siempre, como todo en la vida las cosas se terminan en algún momento. Los tres que quedamos decidimos que queríamos completar la trilogía. Si tuviéramos que pensar en un cuarto disco sabemos que es una movida grande de inversión de tiempo, energía y plata, y nos llevaría a pensar: ¿El mundo necesita otro disco de Sancamaleon? Si, o no, veremos que pasa. Pero con este disco fuimos detrás del objetivo pase lo que pase. Si la banda se acaba después de esto, nos vamos a quedar tranquilos porque sentimos que logramos plasmar las canciones de los últimos años.”
Foto gentileza de Gabriela Cittanti |
Ante un mercado musical en baja, Sancamaleon, al igual que una infinidad de bandas, encontró en la autogestión su forma de expresión. Y Fede advierte un equilibrio entre los beneficios y las desventajas de la independencia: “Si bien es difícil ser músico, cómo cualquier otra rama del arte, es el precio de la libertad. Tenés que hacer cosas que no forman parte de tu trabajo, pero está bueno invertir la energía en algo que te da un gran placer espiritual”. Aunque también es realista y no descarta las ventajas de tener el apoyo de una compañía disquera: “Estaría buenísimo que viniera una compañía grande porque te soluciona un montón de cosas. Pero las discográficas van a algo seguro, bandas que explotan y llevan 1000 personas. No es nuestro caso, somos una banda que se mantiene con los años pero nunca fue una explosión popular. La nuestra es una banda más de semilla lenta, versus sonar en la radio. Al no tener esa suerte, tratamos de fabricar otro camino para contar lo que hacemos.”
En 2010, coincidiendo con la celebración de los 10 años de vida de la banda, el sexteto editó su tercera placa, luego de «Cancionero para niños sin fe» de 2004 y «Polenta» de 2007. A diferencia de los anteriores discos, los Sanca ofrecieron su tercer opus en libre descarga desde la página oficial con una propuesta innovadora, que consistió en entregar dos temas por semana durante cuatro martes para finalmente completar el álbum el día de la presentación oficial en La Trastienda. “Ahora es un momento de ponerse creativo para mostrar lo que uno hace. Teníamos la idea de darlo y apareció esta idea de hacerlo como en cuotas. Me pareció interesante y arriesgado. Se logró lo que queríamos, que la gente escuchara gran parte del disco, que es lo difícil porque uno no escucha discos enteros, o menos que antes. Los temas sueltos pueden estar buenos, pero al disco lo veo más como una obra que escuchas entero, por lo menos el músico lo piensa de esa manera”
En esta nueva etapa que comienza con la edición del tercer disco, la banda logró mutar su sonido hacia un estilo más bailable y electrónico, aunque no perdió la energía valvular y latina que ya traía. “Tiene un power comparado con el disco anterior, que estaba más conectado con el mundo de los sueños, algo más introspectivo. «Afuera» es más rockero y contundente. Quisimos hacer un disco para bailar y ahí, obviamente, entra la producción de Chávez, que es una persona que nos conoce bastante. Es un tipo que habla poco, pero es muy certero con sus cosas.” Además, el prolífico productor del Oeste fue crucial tanto en esta placa como en la carrera de Cabral: “Siempre tuve una gran admiración por él, me pareció muy inspirador. En estos últimos años, el loco floreció y me pone muy contento por él, se lo merece. A la vez sigue siendo un tipo muy intuitivo y siempre está en la vanguardia de lo que está pasando. Me reencontré con él hace dos años en la playa después de unos cuantos años que no lo veía, empezamos a charlar y me dijo: ‘Hagamos el disco de Sanca, vamos para adelante’ Él quiso hacerlo y nosotros nos entregamos de lleno, y fue una gran experiencia.”
Además de cantar en Sancamaleon, Cabral reparte su tiempo en otros dos proyectos, La Peña Pop y Los Aliados del Japón. El primero es un colectivo musical que completan Goy Ogalde, Charlie Desidney, Manu Espinosa y Carlos Martín. “La Peña es una cosa medio terapéutica. Hacemos temas propios y algunos covers (Bob Dylan, David Bowie, Madness, etc), en formato acústico pero con alguna búsqueda.” En cambio los Aliados de Japón “Es otro plan. Me gusta que tiene el espíritu de proyecto paralelo pero con toda la pila, energía y amor, y a la vez no compite con Sancamaleon porque es otra cosa, son temas colgados y relajados. Me gustaría llevarlo a un concepto diferente y tocar en otros lugares. Siento que con este disco de Sanca confirmamos que es una banda para bailar, rockera y que va para adelante, y explotó el lado más cancionero en los Aliados de Japón. Es una banda colgada y rara, con músicos amigos buena onda que son uno personajes.”
Pero no todo fue color de rosa para Sancamaleon ya que antes de dar forma a su más reciente trabajo tuvieron que reponerse del alejamiento del bajista Juan Ignacio De Abreu y del baterista Nicolás Moauro. “Es fuerte que se vaya la base de la banda. Fue un momento de transición fuerte que nos sirvió para darnos cuenta que nada es para siempre, como todo en la vida las cosas se terminan en algún momento. Los tres que quedamos decidimos que queríamos completar la trilogía. Si tuviéramos que pensar en un cuarto disco sabemos que es una movida grande de inversión de tiempo, energía y plata, y nos llevaría a pensar: ¿El mundo necesita otro disco de Sancamaleon? Si, o no, veremos que pasa. Pero con este disco fuimos detrás del objetivo pase lo que pase. Si la banda se acaba después de esto, nos vamos a quedar tranquilos porque sentimos que logramos plasmar las canciones de los últimos años.”
1 comentario:
Pus, buena rola, buen vídio y..
¿como le harán p'a mantener eso dando vueltas?¿ :P
Estamos en Frecuencia.
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