lunes, 22 de noviembre de 2010

La Perra que los parió en Colegiales: Mi corazón combativo me dice que voy bien

El viernes pasado, la banda oriunda de la Boca presentó su flamante cuarto disco de estudio en el Teatro Colegiales con un show ajustado y contundente.


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El crecimiento acentuado de LPQLP en los últimos años no es casualidad, si tenemos en cuenta el espíritu emprendedor, optimista e inquieto, que ha caracterizado la carrera del quinteto de La Boca, tanto artística como existencialmente. Luego de una lenta pero merecida “explosión” de la mano del excelente disco «La suerte la fabricas vos», la banda redobló la apuesta y editó una superadora placa titulada «Como evitar que sangremos», que (enhorabuena) ratifica y profundiza la búsqueda artística realizada en el trabajo anterior.

El comienzo del primero de los shows que La Perra dio en el recinto de Colegiales fue una especie de presagio de lo que ocurrió a lo largo de las dos horas que duró el recital: los temas nuevos sonaron intercalados con los clásicos de los tres discos anteriores. De esta manera “Como evitar que sangremos”, tema que abre y da nombre al nuevo álbum, dio inicio a una lista, que continuó bien arriba con “Te quiero ver bailar” y “Por las calles” (ambos del segundo disco) para regresar al más reciente trabajo con “Voy”. “Hoy tenemos la suerte de tocar con un amigo que es Nico Castro, que nos ayuda a tocar las violas, el acordeón…el loco toca todo”, comentó el guitarrista Juanchi Espada.

En sus primeras palabras de la noche, Nahuel Cruz Amarilla (voz y guitarra) agradeció al público que se acercó hasta el Teatro para disfrutar de la primera parte de la presentación oficial del cuarto disco, que prosiguió con “El zar” y “Depredador” para ingresar al sendero de «La suerte…» a través de “San expedito” y “Murga para mi soledad”. Con la banda sonando impecable y el público bailando y cantando cada una de las canciones como ocurre habitualmente en las presentaciones de LPQLP, promediaba el repertorio con algunos estrenos (“Reino”, “Lo que nunca te dije”, “Prontuario” y “Un tipo como vos”) que tomaban nueva forma en vivo y se mezclaban con otros más viejitos - no por eso menos efectivos - como “Guardapolvo” y “HDP”.

Uno de los mejores momentos (quizás el más intimista) de la noche llegó de la mano de la triada conformada por “Tristombe”, en la cual Juan Espada dejó de lado la viola para hacerse cargo del bajo, que abandonó Matías Ramos para tocar los teclados; “Esa gente”, casi una declaración de principios en clave reggae (“Mi corazón combativo me dice que voy bien”); y “Todos lo sabemos”, una bellísima balada, que no sólo cierra el concepto del flamante disco sino que también expone los valores que rodean a la banda (“Entonces vivimos los días a pleno, tratamos de ser mejores que ayer”).

Ya en la recta final de la lista se sucedieron uno a uno esos temas infaltables en los shows de La Perra, que hace rato el público hizo propios, como “Más que hacer”, “Por siempre”, “LPDB” (La perra disco bar) y “El loco del arenero” para concretar un cierre ideal. La banda oriunda de la Boca debió reinventarse para afrontar el nuevo escenario de la música argentina post Cromañon sin dejar de lado la manera con la que venían trabajando, que tenía como principales rasgos la humildad y el sacrificio. Este espíritu perseverante está comenzando a dar buenos resultados y «Como evitar que no sangremos» es una muestra de ello.

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Reino
Tristombe
Por siempre

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