La banda liderada por el ex guitarrista de Los Caballeros de la Quema, Martín Méndez, desembarcó en el mítico recinto del punk-rock del Oeste del Gran Buenos Aires, y con un show muy intenso presentó varios temas que formarán parte de su primer disco, “Rock Trance”.
Sendero es un proyecto ambicioso concebido a partir de la combinación de un sonido original con la oscuridad analítica de sus letras, que propone un viaje hipnótico por diferentes climas: por momentos se sumerge en la distorsión del rock, por otros deambula por la cadencia del reggae y se instala en la experimentación electrónica, para dar como resultado una propuesta muy interesante situada dentro de la prolífica escena del Oeste.
El show en Ramos Mejía comenzó con la potencia de “No hay amor” y “Danza del Oeste” para ratificar con melodías las primeras palabras de Méndez: “Esto es Sendero”, que encabezaron la jornada rockera. “Hoy estamos estrenando batero por quinta vez en cinco años, por suerte nunca perdimos una semana por culpa de esa raza especial de músico. Con tres ensayos, Gonzalo”, presentó Mateo Crespo (guitarra) al nuevo baterista, que además es el cantante de otra gran banda de la zona, Por que no?
“Hay muchas formas de ver rock, mi forma preferida de ver y tocar es así, sin escenario. Quizás no tiene glamour, pero es la verdad”, contextualizó MM las características del lugar, que a primera vista daba la sensación de estar en el under más recalcitrante, pero cuando la banda empezó a sonar generó una atmósfera frenética e intimista, con lo cual los rasgos del recinto pasaron a ocupar un segundo plano.
El repertorio del cuarteto continuó con “Limasong”, canción rock que cuenta con Beto Olguín de Los Pérez García como invitado en el esperadísimo primer disco, del cual Méndez refirió: “En otro momento, cual escritor que nunca escribió un libro, éramos una banda que nunca había grabado un disco. Ahora lo grabamos, lo que nos falta es la tapa”, y el grupo arremetió con la cumbia – stoner “Cerebro de reptil”, la visceral “Ituzaingo” y estimuló cierto bailoteo en el público con el reggae “Verdes dorados”.
Promoviendo la búsqueda artística en sus diferentes formas, el ex Caballero de la Quema invitó a una bailarina para que desarrolle su habilidad en escena: “Quiero presentarles una amiga que nos va a acompañar desde su físico, desde su cuerpo, desde su danza” y Samira Hasan desplegó su encanto a través de desplazamientos y movimientos de su cuerpo, mientras Sendero interpretaba “Arriba la flor” (con extractos de “Enlace” de los Ratones Paranoicos y unas frases arabescas).
Rememorando las viejas épocas de la Quema, una versión crudísima de “Celofán” puso fin a una gran presentación de Sendero, que dejó al público con ganas de un poco más de rock-trance a la espera de la próxima fecha y de la edición del anhelado primer disco de estudio.
Sendero es un proyecto ambicioso concebido a partir de la combinación de un sonido original con la oscuridad analítica de sus letras, que propone un viaje hipnótico por diferentes climas: por momentos se sumerge en la distorsión del rock, por otros deambula por la cadencia del reggae y se instala en la experimentación electrónica, para dar como resultado una propuesta muy interesante situada dentro de la prolífica escena del Oeste.
El show en Ramos Mejía comenzó con la potencia de “No hay amor” y “Danza del Oeste” para ratificar con melodías las primeras palabras de Méndez: “Esto es Sendero”, que encabezaron la jornada rockera. “Hoy estamos estrenando batero por quinta vez en cinco años, por suerte nunca perdimos una semana por culpa de esa raza especial de músico. Con tres ensayos, Gonzalo”, presentó Mateo Crespo (guitarra) al nuevo baterista, que además es el cantante de otra gran banda de la zona, Por que no?
“Hay muchas formas de ver rock, mi forma preferida de ver y tocar es así, sin escenario. Quizás no tiene glamour, pero es la verdad”, contextualizó MM las características del lugar, que a primera vista daba la sensación de estar en el under más recalcitrante, pero cuando la banda empezó a sonar generó una atmósfera frenética e intimista, con lo cual los rasgos del recinto pasaron a ocupar un segundo plano.
El repertorio del cuarteto continuó con “Limasong”, canción rock que cuenta con Beto Olguín de Los Pérez García como invitado en el esperadísimo primer disco, del cual Méndez refirió: “En otro momento, cual escritor que nunca escribió un libro, éramos una banda que nunca había grabado un disco. Ahora lo grabamos, lo que nos falta es la tapa”, y el grupo arremetió con la cumbia – stoner “Cerebro de reptil”, la visceral “Ituzaingo” y estimuló cierto bailoteo en el público con el reggae “Verdes dorados”.
Promoviendo la búsqueda artística en sus diferentes formas, el ex Caballero de la Quema invitó a una bailarina para que desarrolle su habilidad en escena: “Quiero presentarles una amiga que nos va a acompañar desde su físico, desde su cuerpo, desde su danza” y Samira Hasan desplegó su encanto a través de desplazamientos y movimientos de su cuerpo, mientras Sendero interpretaba “Arriba la flor” (con extractos de “Enlace” de los Ratones Paranoicos y unas frases arabescas).
Rememorando las viejas épocas de la Quema, una versión crudísima de “Celofán” puso fin a una gran presentación de Sendero, que dejó al público con ganas de un poco más de rock-trance a la espera de la próxima fecha y de la edición del anhelado primer disco de estudio.
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