Kapanga, Karamelo Santo y Karma Sudaca se presentaron en el Salón Rock Sur, ante 2800 almas que colmaron la capacidad del lugar.
No se trata del Ku klux Klan ni mucho menos de la formula Kirchnerista para las próxima elecciones legislativas, la sigla hace referencia a la comunión de bandas que inauguró el nuevo espacio para la movida rockera, el cual incluye recitales de bandas de renombre con la posterior fiesta (relacionada con el show previo) hasta altas horas de la madrugada.
Hay un lugar…
“Gracias por apoyar este nuevo lugar, que esta bueno. Al Quilmes Rock ni vayan, ¿para que van a pagar 100 pesos? ¿ para ver a Kiss? Mejor vengan acá, al Salón Rock Sur”, comentó El Mono, en un despliegue de su habitual desfachatez, durante el cierre de la jornada inaugural del nuevo reducto de la cultura rocker.
El set de Kapanga, que combinó temas de su último disco (“Crece” de 2007) con aquellos viejos clásicos que supieron concebir a lo largo de su trayectoria, comenzó con la triada conformada por “El universal”, “Mesa 4” y “La momia blanca”, para darle paso a “Fumar” con los Karamelo Santo como invitados, al igual que ocurriera en 2005 cuando la banda de Quilmes llegaba a Obras.
Con la sucesión (“Demasiado”, “Para vos” con Maiquel en voz, “Ramón” y “La taberna” intercalada con “Cecator el borracho” y “Bisabuelo”) el público explotó en un pogo violentísimo, comparable con las batallas épicas de películas como “El señor de los anillos” o “300”. Para luego bajar la vertiginosidad del show con temas como “Postal”, “Crece” y “Una nube” (con la participación de Balde Esposito, en voz)
Kapanga se gana al público no sólo fusionando el rock con cuarteto, reggae y baladas para dar como resultado un combo musical único, sino que también apuesta a un humor particular interpretando temas de otros artistas, ya sea “Start me up” de Rolling Stone, “Mejor no hablar de ciertas cosas” de Sumo, “Jump” de Van Halen y “Seminare” de Seru Giran; o burlándose de las calzas de David Lee Roth o del coraje de Wallas para llevar esa misma prenda a pesar de su estado físico poco estilizado.
Luego de un breve intervalo, el Mono salió a escena luciendo una casaca de Kapanga para hacer el último segmento de la noche conformado por dos temas del disco «Crece», “Murmullo” y “Contramano”, y dos pertenecientes al debut discográfico titulado «A 15 cm de la realidad», que data de 1998, “Me mata” y “El mono relojero”, para despedirse con el grito de guerra “S.O.K.” y dejar vibrando Kapangaaaaaaaaaaa.
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Mesa 4
Fumar
Antena Pachamama…
“Las bandas del interior no tiene las grandes radios para decir sus cosas, pero esas voces chiquitas son más filosas que cualquiera antena”, afirmó el cantante y guitarrista Goy Olalde, expresando la ideología de la banda, puesta de manifiesto musicalmente desde el comienzo de la presentación en temas como “Agüita de challao”, “Luna loca”, “El ritmo indecente” y “El baile oficial”.
En el repertorio de Karamelo Santo, la cumbia se filtra entre el hardcore, ska, reggae y folklore, dotando a sus shows de distintos matices que en el público provocan desde violentos mosh hasta apacibles bailecitos. De la insólita introducción de este ritmo, Goy expresó: “¿Saben por qué hacemos cumbia? Para que el rock no se muera” y dentro de esta vertiente sonaron “Nunca”, “Vivo en una isla” y la genial versión del tema de Louis Armstrong, “What a wonderful Word”.
Dentro de la lista de temas, los mendocinos también dieron rienda suelta a su potencia, tanto rítmica como lírica, a través de “Guerrillero” - con el cantante de la banda jujeña La Yugular de invitado – y Goy volvió a tomar la palabra para apuntar hacia Las marchas contra la inseguridad: “¿Qué nos pasa? En este país son cagones hasta ser fachos.”
El grupo surgido en 1993 demuestra su compromiso arriba y abajo del escenario, prueba de ello fue lo que ocurrió hacia el final del cover de Rubén Blades, “Fruta amarga”, cuando se desató un incidente entre un patovica y un espectador que no pasó a mayores gracias a la intervención de la banda, y Goy argumentó: “No es que seamos hippies pero nos gusta que nuestros shows sean una fiesta.”
La recta final fue bien arriba encadenando una serie de temas que iba desde los orígenes de la banda, “Tomate un vino” y “La kulebra del amor” del disco independiente «La Kulebra» de 1993; pasando por “Negro” - con el Mono de Kapanga sumándose a las voces – una de las canciones que les permitió darse a conocer a nivel popular, para desencadenar en el cover de Sumo, “No tan distintos”, que forma parte de «Antena Pachamama», última producción oficial de KS.
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VIDEO Nunca - Vivo en una isla
Furia del interior…
Los tucumanos de Karma Sudaca abrieron la noche exponiendo su potente contenido contestatario dentro de una propuesta cimentada en el Norte del país, donde alcanzaron una amplia popularidad.
El cantante Tony Molteni bromeó mientras anunciaba el tema nuevo que integrará su quinto disco: “Aunque ustedes no lo crean, tenemos cuatro discos” e invitó a Goy Olalde, Gody Coromidas y Pedro “Piro” Rosafa, integrantes de Karamelo Santo, para interpretarlo.
La banda surgida en 1997 se despidió con “Furia calchaquí”, que reúne el estrepitoso sonido del heavy metal con el aire autóctono del bombo legüero para destacar un poderoso mensaje (“La hicieron trizas, la regalaron y un pueblo en llamas, hoy lucha por vivir”) y como bonus tiene un punteo de viola del Himno Nacional. Y se bajaron del escenario envueltos en un afectuoso aplauso que denotaba la aprobación por parte del público.
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Video de tema nuevo con Karamelo
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